Un informe muestra el turbo negocio que hay detrás
| El cantante Elton John es uno de los grandes defensores de los vientres de alquiler |
Portaluz / ReL 6 marzo 2016
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La semana pasada, una comisión designada por el gobierno sueco ha hecho públicas las conclusiones de su investigación sobre el alquiler de vientres (una práctica ya prohibida en el país) informa una nota del The Guardian.
Como ha destacado el medio británico y reproduce Tempi,
ante la expansión del mercado que transa bebés y todas las
problemáticas consecuencias que esto acarrea, la investigación pone de
manifiesto que es necesario prohibir toda forma de maternidad sustituta,
sea comercial o no; que debe prohibirse también la publicidad de los
vientres de alquiler y que es necesario actuar para evitar que los
ciudadanos suecos viajen al extranjero a comprar bebés obtenidos
mediante maternidad subrogada, sustituta, de vientre de alquiler o como
se le quiera llamar a esta práctica… tan valorada especialmente por el lobby gay y homosexuales de renombre mundial.
El artículo del The Guardian, titulado "Cualquier tipo de maternidad subrogada es explotación", comienza reconociendo: "Desde hacía años se sabía que algo en la maternidad de alquiler no estaba bien".
El diario británico recuerda el caso del "Bebé M",
cuya madre se vio obligada a entregarlo entre lágrimas al millonario
japonés que había ordenado su compra como parte de un paquete de 16
niños adquiridos en varios hospitales de Tailandia. Una "verdadera mercantilización de la vida humana que mediante un clic, elige la raza, el color de los ojos; paga, y puede obtener al niño”, precisa The Guardian.
Cita también la nota la dramática situación de madres que habiendo
recibido el pago, fueron luego obligadas al aborto de sus hijos al
descubrirse que presentaban algún tipo de discapacidad o incluso el caso
en que por ocurrir una gestación inesperada de tres bebés el cliente
exigía que se matara por aborto a dos de los bebés. "Por no hablar de
las fábricas bebés", agrega la nota…
Esta es una nueva forma de explotación, que se
disfraza de ley, para satisfacer el deseo de un cliente. El adquirir
bebés mediante vientres de alquiler o medios semejantes –precisa la nota
del The Guardian citando al informe sueco- es inaceptable. "Detrás
del aura de felicidad que muestra Elton John, hablando de los bebés
lindos y una noción de familia moderna; hay una industria que compra y
vende bebés. Donde los niños son diseñados para satisfacer las
necesidades de los países ricos. Para quienes una madre es considerado
como nada, pues ni siquiera tiene el derecho a ser llamada ‘mamá’ y
donde el comprador es todo", señala la nota.
Resulta escandaloso entonces, la facilidad con que
las Naciones Unidas ha permitido que la Convención sobre los derechos
del Niño sea ignorada.
Las fábricas de niños
La denuncia que pone al desnudo el informe sueco adquiere ribetes de
locura al conocer la realidad que padecen miles de mujeres esclavizadas
para proveer a homosexuales y heterosexuales ricos los hijos por los que
pagan.
La periodista Milena Castigli investigó esta
realidad en Nigeria y en la revista In Terris de Italia habla de jóvenes
mujeres que “son secuestradas, segregadas, violadas durante meses y utilizadas como incubadoras para los recién nacidos, que serán luego vendidos al extranjero para fines desconocidos”.
Fabricas para fabricar bebés: las "baby factory"
En Nigeria, una de las naciones más ricas en petróleo que, al mismo
tiempo está marcada por graves tensiones inter-étnicas, el fenómeno es
tan conocido que se le conoce con un nombre específico: las “baby
factory”. “Las denominadas fábricas de niños no son más que chozas donde viven abarrotadas
como animales de reproducción, decenas de mujeres y chicas muy jóvenes,
que las tienen en secreto escondidas hasta el momento del parto, con
torturadores pagados por poderosos grupos criminales locales. ¿Qué
ocurre con estas madres después del parto?, no se sabe. Y, aún más
abominable, nada cierto se sabe de los hijos”, denuncia Castigli.
Muchos recién nacidos son “colocados” como
mercancía, dice, en el circuito de las adopciones internacionales y
“vendidos a un alto precio a las parejas heterosexuales u homosexuales.
Sin embargo, de muchos otros se han perdido las pistas. Existe
el temor fundado de que han sido usados para la extracción de órganos o
que han sido reciclados para el mercado en auge de la pornografía
infantil. Mujeres y niños de nuestros tiempos explotados como
objetos inanimados de usar, abusar, vender, desmembrar y eventualmente
eliminar”. Ni siquiera un indicio de humanidad en este mundo gobernado,
al parecer, sólo por el dios “mammona” donde el dinero es el
protagonista inclusive contra el sentimiento más bello y fuerte del
universo: aquel que une a una madre con su bebé recién nacido.
Emanuele di Leo, Presidente de Steadfast (una
organización sin ánimo de lucro que opera desde hace años en Nigeria
junto a los más pobres) explica a la periodista italiana quiénes son los
compradores: “Son personas que vienen desde el Occidente que tienen
problemas de infertilidad, tanto parejas heterosexuales como
homosexuales; también nigerianos, familias ricas, cuyo hombre efectúa agresiones hacia estas chicas secuestradas en los pueblos con el fin de dar a luz a un niño con su propio patrimonio genético".
¿Cuánto cuesta un vientre de alquiler?
El precio de un recién nacido “subrogado” va de 4 mil a 10 mil euros,
explica el operador humanitario. Una cifra que, sumada a los cientos de
mujeres vendidas al extranjero para convertirse (involuntariamente) en
“madres subrogadas” o directamente “utilizadas” por los clanes por
cientos de miles de euros por año. En los últimos años han sido
descubiertas, sólo en Nigeria, al menos veinte fábricas de niños, donde
las chicas son todas segregadas para los nueve meses de gestación,
finalizando después no se sabe cómo.
“En uno de estos lugares infernales, recientemente
descubiertos por la policía, las fuerzas del orden encontraron 32
chicas, por supuesto, todas mujeres embarazadas, encadenadas a la pared
como vacas en un establo. Una nueva frontera de la explotación sexual,
una práctica abominable que sólo se conoció hace unos pocos meses, pero
que se lleva a cabo durante años, en el silencio cómplice que se sabe
pero que se ha preferido dejar en el silencio”, termina denunciando la
nota de la periodista Milena Castigli.
in
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