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quinta-feira, 26 de outubro de 2017

Santa Marta: “No existen los cristianos tranquilos, que no luchan”

El Papa exhorta a “luchar contra las enfermedades espirituales”

Misa en Santa Marta 26/10/2017 © L'Osservatore Romano
Misa En Santa Marta 26/10/2017 © L'Osservatore Romano
(ZENIT – 26 Oct. 2017).- “No existen los cristianos tranquilos, que no luchan –dijo el Papa– “esos no son cristianos, son unos ‘tibios’”.
Reflexión del Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada hoy, 26 de octubre de 2017, en la capilla de Santa Marta.
“No existen los cristianos tranquilos, que no luchan –dijo el Papa– “esos no son cristianos, son unos ‘tibios’”. Y añadió: “También puedes encontrar la tranquilidad para dormir en una pastilla”, pero “no hay pastillas para la paz interior”.
Por ello, afirma el Papa que “sólo el Espíritu Santo” puede producir “esa paz en el alma que da la fortaleza a los cristianos”, y “nosotros debemos ayudar al Espíritu Santo haciéndole espacio en nuestro corazón”.
El Papa ha exhortado a hacer “el examen de conciencia de todos los días”, para “luchar contra las enfermedades espirituales, esas que siembra el enemigo y que son enfermedades de la mundanidad”.
“Jesús nos llama a cambiar de vida, a cambiar de camino, nos llama a la conversión”. Y esto comporta luchar contra el mal, también en nuestro corazón, “una lucha que no te da tranquilidad, pero que te da la paz”.
Francisco se ha inspirado en el Evangelio del día que indica que éste es “el fuego” que Jesús trae a la tierra, un fuego que pide el cambio.
Así, ha señalado el Papa: “Cambiar el modo de pensar, cambiar el modo de sentir. Tu corazón que era mundano, pagano, se vuelve ahora cristiano con la fuerza de Cristo: cambiar, ésta es la conversión. Y cambiar en el modo de obrar: tus obras deben cambiar”.
Una “conversión –subrayó Francisco– que implica todo: cuerpo y alma, todo”.
“Es un cambio, pero no es un cambio que se hace con ardid: es un cambio que hace el Espíritu Santo, por dentro. Y yo debo colaborar para que el Espíritu Santo pueda obrar. ¡Y esto significa lucha, luchar!”.
La lucha que ha iniciado Jesús contra el diablo, contra el mal, “no es una cosa antigua, sino sumamente moderna”, ha señalado el Obispo de Roma, “es cosa de hoy –dijo– de todos los días”, porque “aquel fuego que Jesús vino a traernos está en nuestro corazón”. Por esta razón debemos dejarlo entrar, y preguntarnos cada día: “¿Cómo he pasado de la mundanidad, del pecado, a la gracia?; ¿he dejado espacio al Espíritu Santo para que Él pudiera obrar?”
“Las dificultades en nuestra vida no se resuelven diluyendo la verdad. La verdad es ésta: Jesús ha traído fuego y lucha. ¿Y yo qué hago?”.
El Papa Francisco concluyó su homilía afirmando que para la conversión es necesario tener “un corazón generoso y fiel”. “Generosidad  –dijo– que proviene siempre del amor”. Y fidelidad, es decir, “fidelidad a la Palabra de Dios”.
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