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domingo, 27 de agosto de 2017

Hijos de hogares rotos y madres gestantes, bajo el carisma de acogida de las Madres de Desamparados

27 agosto 2017


La Madre Paloma, nueva superiora general, junto al
cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.
El pasado 22 de julio, y tras una misa oficiada por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, el capítulo general de la Congregación de las Madres de Desamparados y San José de la Montaña eligió como superiora general a la madre Paloma García de San José (del Río). Tiene 44 años, es natural de la provincia de Toledo y licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, y hasta ahora ejercía la responsabilidad de superiora del Real Santuario de San José de la Montaña, en la Ciudad Condal.

-¿Cuál es el carisma de Madres de Desamparados?
-El carisma de las Madres de Desamparados, congregación fundada por la Beata Petra de San José (1845-1906) en el año 1880, es el Amor Misericordioso, salir al encuentro de las necesidades materiales y espirituales para remediarlas. Desde nuestros inicios siempre hemos atendido a los dos sectores más frágiles de nuestra sociedad, niños y ancianos, en hogares, colegios y residencias para mayores. Nuestro carisma ha ido evolucionando también con el tiempo adecuándose a las necesidades de la sociedad, pero siempre al servicio de los más necesitados.

-¿Cuál ha sido su trayectoria en la congregación hasta la elección?
-Ingresé en la congregación de Madres de Desamparados y San José de la Montaña en 1995. Tras realizar el noviciado en la casa generalicia de Valencia, pasé a la comunidad de Madrid, en el barrio de Ciudad Lineal, donde tenemos un hogar de niñas sin recursos, la mayoría de ellas hijas de inmigrantes. Apenas permanecí un año en esa casa, pasando a la comunidad del Santuario de San José de la Montaña en Barcelona, donde he permanecido 18 años ininterrumpidos, desde 1999. Por los estudios realizados antes de entrar en la congregación, me pusieron al frente de una revista josefina, fundada por la Beata Petra de San José, La Montaña de San José. Poco a poco fui compaginando mi labor al frente de la publicación con la atención a los 60 niños y niñasque acogemos también en el Santuario de Barcelona, tutelados por la Generalitat de Cataluña y provenientes de familias desestructuradas. Con el paso de los años fui adquiriendo más responsabilidades al frente de la casa. En el año 2003 asumí la dirección de los hogares y desde el 2012 también pasé a ser la superiora de la comunidad. Ahora en el capítulo general que hemos celebrado este mes de julio, el día 22, mis hermanas me han pedido que acepte el servicio como superiora general de la congregación.

La Madre Paloma, en el centro de la imagen, junto al nuevo gobierno general de la congregación.
-Háblenos de su otra vocación, la periodística, y de cómo ha podido desarrollarla en la congregación.
-Toda mi etapa educativa en Talavera la pasé en el colegio de los Sagrados Corazones de las Madres Agustinas. Con ese corazón inquieto, propio de la familia de San Agustín, comencé mi carrera universitaria en Madrid. Todo lo relacionado con los medios de comunicación me ha apasionado desde siempre. Al tiempo que estudiaba comencé a hacer prácticas en diversos periódicos de Talavera, así como en radio, en la cadena COPE. En Madrid estuve en la residencia universitaria que tiene la congregación y fue allí donde tuve el contacto con las madres. Al mismo tiempo que estudiaba conocí los apostolados que desarrollaban las madres, sobre todo el hogar de niñas que hay también en Madrid, y poco a poco fui descubriendo que el Señor me estaba llamando a algo más. Ahora tenía un carisma delante con el que me identificaba como forma de vida. Eso no supuso que no siguiese apasionándome todo lo relacionado con los medios de comunicación y el periodismo. Desde mi ingreso en la congregación he tenido la suerte de poder desarrollar mi labor como periodista tanto a nivel externo, con la revista que editamos desde el santuario de Barcelona, como a nivel interno, con publicaciones propias de la congregación. He tenido oportunidad de seguir formándome para orientar mi labor dentro de los medios de comunicación en la Iglesia. Aunque el tiempo, poco a poco, ha ido dirigiendo mis pasos hacia otras funciones, todo lo relacionado con el periodismo, la presencia de la Iglesia en las redes sociales... es algo que me sigue apasionando.

Santuario de San José de la Montaña, en Barcelona. A la izquierda de la imagen, la Capilla de San José.
-¿Qué supone el Santuario de San José de la Montaña para Barcelona?
-El Santuario de San José de la Montaña, inaugurado en 1902, es el primer santuario del mundo dedicado a la figura del santo patriarca. Durante más de cien años miles de personas han acudido a encomendarse a San José, "el de la Montaña", que también es la primera imagen coronada del santo, en 1921. Dentro de la religiosidad popular y en la tradición de la ciudad de Barcelona, el Santuario de San José de la Montaña ocupa un lugar especial. Como foco de peregrinación, son miles los devotos que a lo largo del año nos visitan. Como lugar de culto y evangelización intentamos vivir abiertas a los signos de los tiempos acogiendo a todo el que llega al santuario buscando a Dios. En la ciudad condal la devoción a San José de la Montaña es muy querida. Muchos son los que, desde diferentes lugares del mundo, acuden expresamente a Barcelona para visitar a San José de la Montaña. Aquí la Beata Petra de San José supo estar abierta a la voluntad de Dios y con su fe y confianza levantó un foco de devoción josefina que continúa vivo y acoge a todo el que llega.


-Recién elegida por sus hermanas como Madre General, ¿hacia dónde dirigiría sus primeros desvelos?
-Mi primera mirada va dirigida en general a toda la congregación. Las personas que conformamos el nuevo gobierno hemos de caminar, desde la cercanía, al lado de todas nuestras hermanas. Ser capaces de generar ilusión y ver cómo han de adaptarse las hijas de Madre Petra al tiempo que vivimos. Revitalizar nuestras obras para que realmente continúen siendo lugares de acogida para los más necesitados de nuestra sociedad.

-¿Cómo actualiza la congregación, hoy en día, el carisma de Madre Petra?
-Es evidente que nuestras obras, nuestros apostolados, han de caminar al lado de la sociedad. El carisma es algo vivo y uno de los retos grandes que se nos presentan, en la actualidad, es seguir adecuándolo a los signos de los tiempos, como habría hecho Madre Petra. En Barcelona, por ejemplo, la obra social comenzó siendo para niñas huérfanas y en la actualidad los niños y niñas que acogemos ya no lo son, provienen de entornos desestructurados. En Gijón hace unos años nos pidieron abrirnos a una realidad a la que se necesitaba dar una respuesta de Iglesia: una casa para madres gestantes que querían seguir adelante con su embarazo y no tenían ninguna ayuda. Hemos de ser audaces y no tener miedo para ir abriendo puertas al desamparo de hoy día.

La Madre Paloma recibió en 2016 el premio del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Barcelona. En la foto, junto al cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona.
-Finalmente, como casi "hija adoptiva" de Barcelona por su estancia tantos años en la Ciudad Condal, ¿que ha supuesto su primera "visita oficial" con el Consejo a los pies de la Moreneta?
-Poder subir a Montserrat siempre es un privilegio. He vivido con mucha intensidad estos 18 años en Barcelona. Me llevo el corazón lleno del cariño de tanta y tanta gente con la que he tenido oportunidad de compartir mi vida y misión. He tenido la oportunidad de visitar muchas veces a la Moreneta en todo este tiempo. Cuando el día después de la elección de todo el gobierno general tuvimos la oportunidad de subir a Montserrat fue también como poner a los pies de la madre todo el trabajo que hemos de realizar a partir de ahora, para que ella lo guarde, como buena madre, en su corazón. No fue una despedida, sino una acción de gracias: por todo los dones recibidos en estos años en esta tierra de Cataluña y para que nos ayude en nuestra nueva etapa.



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