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sábado, 24 de junho de 2017

Según datos de Harvard y Virginia, los esposos que van a la iglesia son más felices y rompen menos

Los estudios encuentran una relación consistente

Fe y vida familiar se apoyan mutuamente.
24 junio 2017


Según una investigación científica realizada en la Universidad de Virginia (EE UU), los esposos que van a la iglesia juntos dicen ser “muy felices” o “extremadamente felices” nueve puntos porcentuales más que aquellos matrimonios que no van a la iglesia.  Los resultados obtenidos son similares en parejas de raza blanca, negra y latinos.


El estudio confirma el dicho popular de “Familia que reza unida, permanece unida”.Según la investigación académica, llevada a cabo con matrimonios estadounidenses blancos, latinos y negros, fe y vida familiar se apoyan mutuamente.


La investigación concluye que la práctica religiosa favorece la felicidad, una mayor estabilidad y un sentido más profundo del significado de la vida familiar, si los miembros de la familia –especialmente los esposos– comparten la misma fe.


El 80%, muy feliz
El estudio, dirigido por el profesor de Sociología W. Bradford Wilcox, muestra que el 80% de las parejas que están unidas en matrimonio religioso practicante se declara al menos “muy feliz”. Mientras que las parejas no religiosas que se declaran felices rondan el 70% de los matrimonios blancos, negros y latinos (ver gráfico).

En el eje vertical, porcentaje de parejas felices. En el horizontal, resultados por grupos (blancos, negros y latinos). En color marrón, parejas que no van a la iglesia. En azul, las que sí van.

Según la investigación de la Universidad de Virginia, una de las razones de estos resultados es que la fe promueve el compromiso de fidelidad conyugal. Otra de las causas es que casi la mitad de las parejas que asisten a la iglesia suelen establecer amistades con otros feligreses; y las parejas que tienen amigos compartidos en su iglesia suelen ser más felices que otras parejas. Esto es debido a que dichas amistades ofrecen modelos de relaciones felices y saludables, además de apoyo en momentos de dificultad. 

La oración en común ayuda
Por otra parte, los matrimonios en los que los dos cónyuges asisten a la iglesia responden que a menudo rezan juntos, lo cual también está relacionado con la felicidad. Otros estudios anteriores han demostrado que la oración ayuda a las parejas a lidiar con el estrés; les permite tener creencias compartidas y esperanzas para el futuro; y les ayuda a afrontar constructivamente los retos y problemas en su relación y en sus vidas. 

El profesor Wilcox ha dirigido la investigación.
W. Bradford Wilcox es profesor de Sociología en la Universidad de Virginia, director del National Marriage Project de dicha universidad, profesor visitante del American Enterprise Institute y miembro senior del Institute for Family Studies. Sus investigaciones académicas se han centrado en el matrimonio, la paternidad y la cohabitación. Es autor de numerosos libros, artículos científicos y colaboraciones para periódicos como The New York Times o The Wall Street Journal.

Menos divorcios entre personas practicantes
Disfrutar de un matrimonio feliz no elimina las probabilidades de divorcio, pero sí las reduce de forma significativa. Así se deduce de otra investigación, realizada por el profesor Tyler VanderWeele, de la Universidad de Harvard (EE UU).

Tras realizar un seguimiento de una muestra de miles de mujeres de mediana edad de Estados Unidos, VanderWeele concluyó que las mujeres que iban con regularidad a la iglesia tienen un 47% menos probabilidades de divorciarse que las mujeres que no suelen ir a la iglesia.

Otras investigaciones han llegado a conclusiones similares: la asistencia regular a la iglesia se asocia con una reducción de las tasas de divorcio de más del 30%.

El profesor VanderWeele ofreció cuatro pistas que explican por qué la práctica religiosa está ligada a menos divorcio:

1.    Las enseñanzas religiosas suelen explican que el matrimonio es algo sagrado, y que la boda genera un vínculo importante y perpetuo. Asistir a los servicios religiosos refuerza este mensaje.

2.    La moral religiosa censura el divorcio. Además, las tradiciones religiosas suelen tener enseñanzas claras contra el adulterio y la infidelidad conyugal, las cuales son una de las causas de los divorcios.

3.    Las enseñanzas religiosas a menudo ponen un gran énfasis en el amor y en dar prioridad a las necesidades de los demás, por encima de las propias. Esto también suele mejorar la calidad de la vida matrimonial y disminuir las probabilidades de divorcio.

4.    Con frecuencia, las instituciones religiosas proporcionan apoyo a las familias. Esto incluye actividades y lugares para que las familias se conozcan y construyan relaciones; programas para niños, acompañamiento prematrimonial y matrimonial, retiros y talleres enfocados en construir matrimonios sanos y felices.


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