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quarta-feira, 14 de junho de 2017

Él es Jesucristo, dijo un jefe musulmán señalando al doctor Tom, el único médico en muchas millas

Entre bombas, sin luz ni agua, 400 enfermos al día... Premio Aurora para el misionero Tom catena

El doctor Tom Catena lleva años en Sudán del Sur, pese a la guerra y la escasez, sin descanso, con 400 pacientes al día
13 junio 2017


Tom Catena, de 53 años, médico católico y misionero laico, es prácticamente el único doctor en cientos de millas a la redonda, en las Montañas Nuba, en Sudán del Sur.


Calcula que es el único médico para 400.000 o 700.000 personas. Su hospital tiene 435 camas, se llama Madre de Misericordia, funciona con el trabajo de enfermeros locales y la financiación que llega de la CMMB (cmmb.org), una veterana ONG médica católica con sede en Nueva York.


400 enfermos diarios, a veces sin luz ni agua
Tom Catena amputa a los heridos de la guerra de Sudán, atiende a los enfermos de fiebres tifoideas, asiste en partos, cuida bebés, opera apendicitis... Con ayuda de sus enfermeros, atiende a unas 400 personas al día

Hace dos años, en 2015, explicaba a un periodista del New York Times, que en su hospital han caído once bombas. Ahora serán más. Al principio él y los demás (sanitarios y enfermos) huían, se encerraban en un sótano... ahora casi ni prestan atención. A veces operan sin luz, y sin agua, y sin aparato de rayos-x


Premio Aurora: para recordar el genocidio armenio
Ahora va a poder mejorar algunas cosas, porque le han galardonado -a él, seleccionándolo de entre 250 nominados- con el Premio Aurora (auroraprize.com/es/),que consta de unos cien mil dólares. Este es un premio peculiar: lo financian unas fundaciones de origen armenio que quieren recordar durante 8 años el Genocidio Armenio que tuvo lugar de 1915 a 1923. Cien años después, quieren dar un premio anual a quien haga lo contrario que en el genocidio: a quien ayude, cure, proteja...

"En memoria de los sobrevivientes acogeremos a todos aquellos que creen en la humanidad compartida", asegura la organización del premio. Más aún, Tom no sólo recibe sus cien mil dólares, sino que puede designar otras entidades que él aprecie para que se repartan hasta un millón de dólares. 


Tratamientos del siglo XIX para amputados
Lo cierto es que en el hospital Madre de Misericordia, en las Montañas Nuba, falta de casi todo. Algunos tratamientos que practica para los amputados son "de la época de la Guerra Civil americana", es decir, del siglo XIX. El doctor Tom lleva ya 10 años en las Montañas Nuba y sirve cada día del año, de lunes a domingo, a cualquier hora. Unos cuantos días al año no puede servir porque está inconsciente con malaria. Su sueldo oficial es de 350 dólares al mes. 

Él está en África por Cristo, por la fe, dice. "Recibí muchas bendiciones desde que nací: una familia amorosa, una gran educación... creo que mi obligación como humano y cristiano es ayudar", explicaba al New York Times


Nicholas Kristof, el reportero del periódico neoyorquino, escribe: "Hay muchos, muchos trabajadores humanitarios haciendo trabajos heroicos, pero la gente que, con los años, he encontrado en los lugares más imposibles, como Nuba, donde cualquier persona razonable ha huído, son desproporcionadamente no razonables por su fe".

"Él es Jesucristo"
Entre los nuba hay cristianos (católicos y anglicanos) y musulmanes. Atiende a todos, y gratis. Todos reverencian al doctor Tom. Un jefe musulmán llamado Hussein Nalukuri Cuppi dice al periodista: "Él es Jesucristo". Y se lo explica: cura a los enfermos, hace que los ciegos vean, hace caminar a los cojos... es Jesucristo. 

Pero, como Jesucristo, Tom no puede curar a todos en esta tierra. En 2014 hubo una epidemia de sarampión: atendió a 1.400 casos, se le murieron 30. 

Desde joven quería ser misionero
Desde joven, en su pueblo neoyorquino de Amsterdam, Tom Catena pensaba en hacer "cosas de misionero". Le gustaba la medicina, y se graduó en medicina con una beca de la Marina norteamericana en la Duke University. Estuvo 2 años haciendo prácticas en Kenya y otros 6 años en Nairobi, en otro hospital católico. Y en 2008 llegó a las Montañas Nuba, en el Kordofán Sur, al hospital  recién abierto por el obispo de El Obeid, Macram Gassis y las Misiones Médicas. Lo primero que le impresionó fue la gran cantidad de gente dañada y traumatizada por las heridas de más de 20 años de guerra civil, oficialmente de 1983 a 2005. Los islamistas de Sudán del Norte habían sido duros con las poblaciones de etnia nuba de Sudán del Sur. 

Y cuando llevaba allí 3 años, la guerra volvió, con combates entre facciones del Sur a partir de 2011. Todo el personal extranjero dejó el hospital: solo quedó él. 

"Como el único médico del único hospital grande de las Montañas Nuba, no podía irme con buena conciencia. Además, como misionero laico, sentía que era importante mostrar la presencia de la Iglesia en este tiempo en necesidad, que la Iglesia no abandona a su gente cuando llega una crisis", explica en la web de la CMMB.  

Entrenando responsables nativos
Entrenó rápidamente a personal nativo para ejercer como enfermeros. Ahora el hospital y sus patrocinadores financian los estudios de dos paisanos nuba que se forman como médicos en Uganda y en Kenya y volverán al hospital a trabajar cuando tengan su título. 

Tom espera que algún día los nuba puedan responsabilizarse de todo el hospital. La ayuda del Premio Aurora servirá para eso. Trabajo no faltará: de junio a noviembre hay menos heridos de guerra (porque las carreteras se hacen instransitables) pero es la temporada de malaria. Y ahora empieza a llegar el sida: unos 25 o 30 casos al año.

Abrazar al enfermo, darle la mano
A falta de medicinas y tratamientos avanzados, el doctor Tom tiene claro que no puede faltar el abrazo, la caricia, el toque físico, y más a los enfermos y amputados que son rechazados por sus sociedades, clanes o tribus. "Ven que sus cuerpos se deshacen, pero si les tocas, si les das la mano, le das una palmada en la espalda, bromeas con ellos... saben que son parte de la raza humana, como cualquier otro". 


Cómo alcanzar la plenitud: darlo todo
En 2015 le pidieron que diera un discurso a los estudiantes que se graduaban en la Brown University. "Todo el mundo busca la felicidad, todos buscan la plenitud. Pienso que si uqeréis plenitud en esta vida, os sugiero libraros de todo lo que tenéis. Vended todo lo que tenéis. Libraos de vuestras cargas y vivid una vida de servicio pleno y total para otros. Si hacéis eso, veréis que la recompensa es increíble. Ese es el reto que os lanzo". 



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