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quinta-feira, 15 de junho de 2017

Ayuda a la Iglesia Necesitada presenta a la UE un plan Marshall para Nínive


Una reconstrucción del costo de 230 millones de euros permitirá devolver sus casas a las poblaciones cristianas agredidas por el ISIS

Cristina en los brazos de su mamá (Foto AIN)
Cristina En Los Brazos De Su Mamá (Foto AIN)
(ZENIT – Roma, 15 Jun. 2017).- La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha preparado un plan de reconstrucción del costo de 230 millones de euros. “Un verdadero plan Marshall que devolverá la Llanura de Nínive a los cristianos” quienes fueron desplazados por las milicias del Estado Islámico (ISIS), indicó el director de AIN-Italia, Alessandro Monteduro. El plan fue presentado en los días pasados a los embajadores europeos acreditados ante la Santa Sede.
“Tenemos la intención de involucrar en nuestro proyecto también a los gobiernos, para que contribuyan a restituir a las familias cristianas aquella vida que les fue arrancada por el Isis”, añadió.
AIN recordó la historia de Cristina, niña secuestrada por el Estado Islámico, perdida y después adoptada y restituida por una familia musulmana a sus papás. Ella vive hoy en una casa rodante en Erbil junto a su familia. Y como la suya son unas 13 mil las habitaciones cristianas de la llanura de Nínive que necesitan ser reconstruidas.
En la noche del 6 al 7 de agosto de 2014, el Estado Islámico ocupó la región histórica de la llanura de Nínive y desplazó a los cristianos –sus habitantes originarios–  quienes huyeron a la región del Kurdistán.  Un gran número de personas quedaron atrapadas allí. Algunos fueron capaces de huir más tarde, pero cientos fueron hechos presos por el Estado Islámico y no se supo nada de ellos. Entre los que se quedaron tras la ocupación de la región por el Estado Islámico estaban Khouder Ezzo, su esposa Aida Hanna y su hija Cristina, que entonces tenía tres años de edad.
El 22 de agosto de 2014, el Estado Islámico permitió que la familia de Cristina y otras familias abandonaran Bajdida (Qaraqosh) en dirección Erbil, tras robarles el dinero y el oro que tenían. Cuando iban a subirse al autocar, uno de los soldados del Estado Islámico sustrajo a Cristina de los brazos seguros de su madre. La madre rogó al soldado, que se llevaba a la niñita asustada y llorosa sobre su hombro, que la devolviera para tomar el autocar con el que la familia iba a abandonar la zona, pero el miliciano en lugar de responder, ordenó a la madre con gestos que regresara al autocar o que la mataría. La madre, temerosa, acató la orden y esa fue la última vez que vio a su hijita… hasta el viernes, 9 de junio de 2017.
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el padre Ignatius Offy, sacerdote siro-católico de Ankawa, señaló:
La familia de Cristina y yo procedemos de la ciudad de Bajdida (Qarakosh). Las familias en nuestra región se conocen entre ellas y todos mantenemos estrechas relaciones sociales. Además, soy sacerdote, y desde el inicio de nuestro desplazamiento forzado en la noche del 6 al 7 de agosto de 2014, he intentado seguir la pista de las personas capturadas por el Estado Islámico. He enviado una lista de personas cuya suerte y paradero son aún desconocidos a muchas personas particulares, organizaciones y asociaciones. En esta lista, por supuesto, estaba también Cristina, la más joven de todos”.
Y añadió que “¡lo que ha ocurrido con Cristina y su familia y con nosotros es un milagro divino! En mi humilde opinión, este es el cuarto nacimiento de Cristina: el primero, cuando la alumbró su madre; el segundo, su bautizo; el tercero, cuando una familia musulmana la adoptó y la cuidó durante el periodo que estuvo perdida; y, finalmente, el cuarto, cuando su familia y su comunidad cristiana la recuperaron. Ahora Cristina ha recibido una nueva vida. Damos gracias a Dios por Su actuar, con ella, con su familia y con todos nosotros”.
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