Es la 13º visita pastoral de este tipo que realiza el Santo Padre
El Papa Francisco - cuadro en la Pontificia Academia de las Ciencias ©. |
(ZENIT – Roma. 19 Feb. 2017).- El papa Francisco visitó en la tarde
de este domingo, una parroquia en las afueras de la ciudad de Roma, la
segunda de este tipo después del final del Jubileo de la Misericordia y
la treceava visita de este tipo.
La parroquia de Santa María Josefa del Corazón de Jesús, en Castelverde di Lunghezza, está a seis kilómetros al este de la autopista circular entorno de Roma, (Grande raccordo anulare).
El Pontífice que llegó poco antes de las 15,30, fue recibido en el
ingreso del templo por el cardenal Agostino Vallini, vicario de Roma y
por el párroco Francesco Rondinelli.
Francisco saludó a las personas que se encontraban detrás de las
vallas y saludó a muchas personas, apretando manos, bendiciendo a niños y
ancianos e incluso permitiendo a algunos presentes de hacerse un
‘selfie’ con él.
Después encontró en el salón del teatro parroquial a los niños y
jóvenes del catecismo, con el grupo juvenil. Ha saludado también a los
enfermos y ancianos, a los esposos que han bautizado a sus hijos en los
últimos meses, a las familias asistidas por la Cáritas parroquial, junto
a los operadores y voluntarios. El Santo Padre también ha confesado a
algunos parroquianos.
En la iglesia el Papa ha presidido la santa misa e improvisado su
homilía, recordando que el Evangelio a diferencia de la ley del Talión
invita a poner la otra mejilla. “Las ganas de vengarse, el ‘me la vas a
pagar’, eso no es cristiano. Sean santos como Dios es santo, perfectos
como perfecto es vuestro Padre, que hace nacer el sol sobre los buenos y
malos y llover sobre justos e injustos”, dijo.
“Ese me hizo…, hay que perdonar en el corazón –prosiguió el
Pontífice– esta es el camino de la santidad y esto aleja de las guerras.
Si todos los hombres y mujeres del mundo aprendieran esto no habría
guerras”.
La guerra inicia aquí (señaló el corazón), la ganas de venganza, destruye familias, los barrios, tanto, tanto…
¿Y qué hacer?, alguien preguntará: “lo dice Jesús, no lo digo yo…
amene a vuestros enemigos. Yo tengo que amar a este? Sí” y añadió: recen
por quien les persigue y les hace mal, para que cambie vida, para que
el Señor le perdone.
“Esta es la magnanimidad de Dios, que todo perdona” señaló. Y
concluyó preguntando: ¿Y tú eres misericordioso con las personas que te
han hecho mal, o que no te quieren? Y subrayó la oración como antídoto,
única vía de salida y medicina para salir del odio y de la venganza. El
Papa al concluir la misa regaló un cáliz dentro de una teca para la
parroquia. Y después de la bendición final estallaron los aplausos.
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