Concluyó esta semana en Roma la XIV Reunión de la Comisión bilateral
Ciudad del Vaticano - ©WIKIMEDIA COMMONS |
(ZENIT – Roma).- La XIV Reunión de la
Comisión bilateral de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de
la Comisión de la Santa Sede para las relaciones religiosas con el
judaísmo, concluyó este miércoles, 30 de noviembre, en Roma.
El tema ha sido “Promover la paz en
el contexto de la violencia en nombre de la religión”. Al finalizar el
encuentro se firmó una declaración conjunta de los presidentes de las
dos delegaciones, el rabino Rasson Arussi y el cardenal Peter Kodwo
Appiah Turkson, junto a otros miembros de la Comisión.
Durante los trabajos — se lee en el
texto– se han reconocido los trágicos pecados del pasado perpetrados en
nombre de la religión y el terrible abuso blasfemo de la religión, que
desacraliza la vida humana, negando la libertad y la diversidad humana, y
poniendo desafíos críticos a nuestras respectivas tradiciones.
La presentación católica ha estudiado
la cuestión si y en qué medida las religiones pueden desarrollar un rol
en la solución de los conflictos y en la construcción de un nuevo orden
internacional fundado en la paz, en la justicia y en el cuidado de la
Creación.
“Nuestras religiones, afirmando la
santidad divina de la vida humana, exigen el respeto de la vida de la
identidad de cada persona. Esto debe ser garantizado a refugiados y
migrantes, también acogiéndoles de forma que sean promovidos los
derechos y la libertad de todos”, afirma la delegación vaticana.
Por su parte, la presentación judía
ha revisado los distintos factores que conducen a la agresión, a la
violencia y a la guerra, tratando de definir los criterios de valores
que en particular en las tradiciones abrahámicas consienten oponerse a
estos, en particular el valor de la santidad de la persona humana, el
principio de la libre voluntad, y la estima de las diversidades como
reflejo de la Divina Presencia y voluntad.
Bajo este aspecto dignas de mención han sido las palabras del cardenal Augustin Bea en su comentario a Nostra aetate,
donde afirmaba que el concepto de Paternidad Divina implica que todos
los seres humanos son iguales en dignidad. Además, las autoridades
religiosas deben ejercitar humildad teológica en el proponer y en el
interpretar las propias respectivas tradiciones, de tal forma que se
eviten propósitos de violencia contra otros.
los miembros de la Comisión han
tomado en consideración y escuchado con satisfacción las iniciativas
explícitamente dirigidas al rechazo de los abusos violentos de la
religión, en particular el reciente encuentro en Marrakesch, que ha
publicado una histórica declaración de protección de la dignidad humana y
de la diversidad en las tierras musulmanas.
En la declaración se lee: “Después de
más de medio siglo de reconciliación judeo-católica y de diálogo
fructífero, judíos y cristianos están llamados a trabajar juntos para
contribuir y crear paz para toda la familia humana”. Por lo tanto, los
participantes han “subrayado la importancia de educar a las nuevas
generaciones y a promover paz y respeto recíproco”.
En la discusión de argumentos de
actualidad, ha sido afirmado el principio del respeto universal por los
lugares santos de cada religión, poniendo atención en los intentos de
negar la unión histórica del pueblo hebreo al propio lugar más santo. En
referencia a la reciente resolución de la UNESCO, la Comisión bilateral
ha tomado posición con fuerza contra la negociación política y polémica
de la historia bíblica, exhortando a todas las naciones a respetar tal
unión histórica y religiosa.
in
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