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sábado, 19 de novembro de 2016

Los nuevos cardenales reciben el cariño de los fieles

Cientos de personas acuden a la visita de cortesía en el Vaticano para mostrar su cercanía


Cardenal Carlos Aguiar Retes - © RLG
Cardenal Carlos Aguiar Retes - © RLG
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Iglesia católica cuenta desde esta mañana con 17 nuevos cardenales, procedentes de distintos rincones del mundo. De esta forma, se han unido hoy colegio cardenalicio cardenales de México, Venezuela, España, Italia, República Centroafricana, Brasil, Estados Unidos, Bélgica, Islas Mauricio, Papúa Nueva Guinea, Malasia, Lesotho y Albania. Y todos, menos el procedente de Lesotho que no ha acudido a Roma por razones de edad, han recibido el abrazo y calor de sus fieles en la tradicional visita de cortesía que ha tenido lugar por la tarde en el Aula Pablo VI. 

La emoción se sentía en la gran multitud de personas, muchos residentes en Roma y muchos otros que han viajado hasta la ciudad eterna acompañando a sus cardenales. No importaba esperar largas filas, ya que “el rebaño” quería abrazar a su “pastor”. 

El arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, ha contado a los medios que el Papa le ha alentado a “seguir adelante” y “que dé mi vida para la Iglesia”. Mientras que del encuentro con Benedicto XVI lo ha definido como “entrañable” y de él dice que es “un hombre de Dios”. Del mismo modo reconoce que ha sido “entrañable” ver a los dos Papas juntos. 

También el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida, Venezuela, ha comentado con la prensa sus impresiones sobre lo vivido en la jornada. “Desde que llegué tuve oportunidad de conversar con el Santo Padre sobre todo su interés por la Iglesia universal, por la paz en el mundo y también sobre la situación de Venezuela”, ha explicado. Asimismo, recuerda cómo el Papa les habló de la misericordia, y “en la clausura del Año Jubilar seguro insiste nuevamente” en “la necesidad de perdón, de darlo y recibirlo, para que podamos tener un mundo más fraterno, un mundo en paz y un mundo en el que solo hablando, solo dialogando, solo entendiéndose la gente entre sí, pensando en las necesidades de las personas y no otro tipo de intereses, es cómo podemos ofrecer también desde la Iglesia y la fe esa esperanza que se difumina tanto en medio de los problemas que existen en el mundo”. Respecto al encuentro con el papa emérito, ha asegurado que fue “muy cordial y sincero”. Además reconoce que fue un “gesto muy bello” por parte de Benedicto XVI. Todos pudieron saludarlo, cuenta, a la vez que explica que aunque tiene ciertas dificultades de tipo motrices, la cabeza la tiene “muy buena”. El ejemplo del papa Benedicto XVI y los gestos de cercanía y amistad de Francisco hacia él –ha subrayado– son un ejemplo para todos. Finalmente, el nuevo cardenal cuenta que Benedicto XVI le dijo que “está rezando mucho por Venezuela”. 

Y para acompañar a los nuevos purpurados, también han acudido muchos cardenales que llevan ya tiempo cumpliendo esta misión. Así, el cardenal O’Malley, arzobispo de Boston, ha recordado que el Papa “siempre nos habla de ir a las periferias” y eso es lo que ha hecho, por ejemplo, haciendo cardenal a un obispo de Papúa Nueva Guinea, un sitio del que “mucha gente no sabe de su existencia”. Por eso, precisa, “tener un cardenal allí es un indicio de la visión del Santo Padre sobre la universalidad y la catolicidad por la Iglesia”. 

Respecto al Año Jubilar que concluye este domingo, el arzobispo de Boston también asegura que “es el Año Santo más exitoso que he experimentado”. Ha tocado las vidas de  todo el mundo –ha asegurado–, miles de personas han vuelto a los sacramentos y han aprendido a practicar la misericordia, perdonarse mutuamente”. Realmente, ha afirmado, ha sido un exitazo espiritual. 

Otro cardenal que se ha acercado hasta el Aula Pablo VI es el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima.  “Es una gran alegría siempre encontrarnos tan unidos nosotros con la cabeza, con el Papa”, ha señalado conversando con la prensa. Respecto al Año Jubilar insiste en que ha sido una “decisión profética” del Papa y así es que “Dios se lo ha inspirado”. Es “el comienzo más que el final”, porque ahora “dará muchos frutos”. Caminaremos –ha concluido– en ese ámbito de la misericordia en un mundo que está frío y enfrentado. 

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