Especialmente con la oración y los sacramentos
El monasterio benedictino de Norcia |
(ZENIT – Roma)- Después del terremoto del pasado 24 agosto
en el centro de Italia y las sucesivas réplicas incluso algunas muy
fuertes como la del 30 de octubre, la máquina de los socorredores sigue
realizando una labor estupenda.
Ayer por la tarde los bomberos terminaron de poner los telones
plásticos para proteger lo que queda en pié de la antigua basílica de
San Benito, en la ciudad de Norcia.
La presencia de los benedictinos en esta ciudad es silenciosa pero
significativa. Están enraizados en el territorio y en el respeto de la
Regla de su fundador los monjes han ayudado materialmente y dado
consuelo espiritual a la población.
ZENIT ha conversado con el vice-prior, el sacerdote estadounidense
Benedetto Nivakoff, que ha indicado las dificultades debido al clima
húmedo y a las bajas temperaturas debido al invierno que está llegando.
“La gran parte de los ciudadanos de Norcia ha sido evacuados
obligatoriamente hacia la zona del lago Tasimeno, quien se quedó no está
en el centro histórico y la mayor preocupación de la población es la de
volver a Norcia”, señaló.
“Nosotros tenemos –indicó el monje– dos monasterios, uno en el centro
histórico y otro en las afueras. Ambos se han derrumbado y después del
terremoto hemos construido casas de madera en las inmediaciones del
monasterio que está fuera de la ciudad. Señaló también que ellos se
quedan en el lugar, porque tienen un voto de estabilidad.
Indicó también que después del terremoto los monjes salieron para dar
los sacramentos a quienes estaban mal y para ayudar a los bomberos a
llevar ayuda material. En cambio los monjes no sacerdotes se quedaron en
el convento para rezar.
Los monjes ahora cambiaron sus horarios: “Antes nos levantábamos a
las 3,45 de la mañana, ahora a las 3,30, indicó. Y añadió que en las
misas “ahora se está rezando una oración que pide la especial protección
del pueblo, el perdón de los pecados y la protección del maligno”.
Sobre los trabajos que los monjes realizan en el monasterio está la
producción de cerveza, y si bien el edificio ha quedado inhabitable, la
planta cervecera no ha sufrido daños, por lo que en un par de meses,
aseguró, iniciará gradualmente la producción.
Sobre las declaraciones que un sacerdote hizo en Radio María, que
ponían en relación el terremoto con la aprobación en Italia de las
uniones civiles, motivo por el que fue suspendido del programa, el monje
indica: “Que Dios intervenga en la historia, en el bien o en el mal es
parte de nuestra fe. Contrariamente sería un Dios que se desinteresa de
nosotros”. Y si bien “a veces manda también circunstancias difíciles que
sirven para purificarse” nosotros “no podemos tener la presunción” de
establecer que una tragedia dependa de un determinado pecado.
Consideró también milagroso que a pesar de las fuertes réplicas de
terremoto no haya habido otras víctimas. Y del hecho que la estatua de
San Benedicto que se encuentra en el centro de la plaza, delante de la
basílica, haya quedado en pié, y consideró que les sugiere a los monjes
“que se deben quedar fijos en el territorio para convertir a las
personas”. Y de no olvidarse “del mensaje de san Bernardo de permanecer
enraizados en la fe de Jesucristo. Porque esta es el único camino de
salvación”.
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