Construyamos puentes de unidad en las comunidades, no muros ni aduanas infranqueables
ZENIT - HSM |
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El Papa Francisco ha estado en Suecia, con católicos y luteranos,
para conmemorar el 500 aniversario del inicio de la Reforma que promovió
Lutero en el año 1517, y cuya intención no era fundar otra Iglesia,
sino reformar las costumbres que le parecían poco evangélicas en la
Iglesia Católica. Se mezclaron intereses políticos de los príncipes de
aquellos tiempos, que vieron en este movimiento una oportunidad de
fortalecer sus dominios temporales, y se inició una división religiosa
que hizo mucho daño a la cristiandad. Se ha criticado al Papa por este
acercamiento con los luteranos, como si quisiera dar a entender que da
lo mismo ser de una confesión que de otra, o como si hubiera ido a
celebrar la reforma protestante. No es así. No fue a festejar esa
ruptura eclesial, sino a tender puentes de unidad y a sanar heridas del
pasado. Es lo que hoy necesitamos: no pelear más entre creyentes.
En las tres diócesis de Chiapas, desde hace muchos años ha habido una
gran pluralidad de religiones protestantes. Como la Iglesia Católica no
atendía suficientemente a toda la población, por falta de ministros y
de personal apostólico, diversas confesiones ofrecieron una
evangelización que cubrió la sed de Dios que tienen nuestros pueblos.
Esto provocó enfrentamientos, a veces violentos, por la división
religiosa que afectó gravemente la unidad tradicional de las
comunidades. Esto se ha superado, salvo incidentes aislados. En general,
hay convivencia respetuosa.
Desde hace 23 años, formamos el Consejo Interreligioso de Chiapas, en
que compartimos fraternalmente obispos y líderes de las más importantes
religiones evangélicas. Nos reunimos cada cuatro meses, no para
discutir temas doctrinales, sino para ver caminos de unidad y
reconciliación en situaciones de conflicto religioso, y para promover
valores cristianos en la sociedad. En diciembre próximo, tendremos el
XVI Concierto Interconfesional “Voces por la paz”, en que nos unimos
para cantar el nacimiento de Jesús, cada quien desde su convicción
religiosa. En la televisión estatal, tendremos una semana con temas
sobre la familia, desarrollados por las distintas creencias, para
construir el bien común. Seguimos siendo diferentes y cada quien vive su
fe, pero nos esforzamos por conocernos, amarnos y trabajar juntos por
nuestro pueblo. Jesús nos une y nos congrega.
Es muy lamentable, por otra parte, que dentro de las mismas
comunidades parroquiales, por las diversas formas de vivir la fe
católica, unos excluyen y descalifican a otros; unos insisten más en los
aspectos devocionales, otros en el compromiso social. En vez de
complementarse y trabajar juntos por la evangelización integral, pierden
energías en discusiones y marginaciones, que dañan la unidad. Por ello,
es muy importante el ejemplo ecuménico del Papa Francisco.
PENSAR
En Suecia, ha dicho el Papa: “Católicos y
luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la
reconciliación. No podemos resignarnos a la división y al
distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos
la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia,
superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que
nos comprendiéramos unos a otros.
Debemos mirar con amor y honestidad nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez.
Nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe
que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente.
Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor
centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Pidamos al
Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de
alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.
Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la
medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una
experiencia cotidiana entre nosotros.
La mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y
nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo
aquello que nos divide y enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos
para avanzar en el camino de la unidad. Los santos logran cambios
gracias a la mansedumbre del corazón. Bienaventurados los que rezan y
trabajan por la plena comunión de los cristianos”.
ACTUAR
Construyamos puentes de unidad en las comunidades, no muros ni aduanas infranqueables.
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