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sábado, 5 de novembro de 2016

Católicos y luteranos por la unidad

Construyamos puentes de unidad en las comunidades, no muros ni aduanas infranqueables


Mons. Felipe Arizmendi bishop of San Cristobal de las Casas
ZENIT - HSM

VER
El Papa Francisco ha estado en Suecia, con católicos y luteranos, para conmemorar el 500 aniversario del inicio de la Reforma que promovió Lutero en el año 1517, y cuya intención no era fundar otra Iglesia, sino reformar las costumbres que le parecían poco evangélicas en la Iglesia Católica. Se mezclaron intereses políticos de los príncipes de aquellos tiempos, que vieron en este movimiento una oportunidad de fortalecer sus dominios temporales, y se inició una división religiosa que hizo mucho daño a la cristiandad. Se ha criticado al Papa por este acercamiento con los luteranos, como si quisiera dar a entender que da lo mismo ser de una confesión que de otra, o como si hubiera ido a celebrar la reforma protestante. No es así. No fue a festejar esa ruptura eclesial, sino a tender puentes de unidad y a sanar heridas del pasado. Es lo que hoy necesitamos: no pelear más entre creyentes.

En las tres diócesis de Chiapas, desde hace muchos años ha habido una gran pluralidad de religiones protestantes. Como la Iglesia Católica no atendía suficientemente a toda la población, por falta de ministros y de personal apostólico, diversas confesiones ofrecieron una evangelización que cubrió la sed de Dios que tienen nuestros pueblos. Esto provocó enfrentamientos, a veces violentos, por la división religiosa que afectó gravemente la unidad tradicional de las comunidades. Esto se ha superado, salvo incidentes aislados. En general, hay convivencia respetuosa.

Desde hace 23 años, formamos el Consejo Interreligioso de Chiapas, en que compartimos fraternalmente obispos y líderes de las más importantes religiones evangélicas. Nos reunimos cada cuatro meses, no para discutir temas doctrinales, sino para ver caminos de unidad y reconciliación en situaciones de conflicto religioso, y para promover valores cristianos en la sociedad. En diciembre próximo, tendremos el XVI Concierto Interconfesional “Voces por la paz”, en que nos unimos para cantar el nacimiento de Jesús, cada quien desde su convicción religiosa. En la televisión estatal, tendremos una semana con temas sobre la familia, desarrollados por las distintas creencias, para construir el bien común. Seguimos siendo diferentes y cada quien vive su fe, pero nos esforzamos por conocernos, amarnos y trabajar juntos por nuestro pueblo. Jesús nos une y nos congrega.

Es muy lamentable, por otra parte, que dentro de las mismas comunidades parroquiales, por las diversas formas de vivir la fe católica, unos excluyen y descalifican a otros; unos insisten más en los aspectos devocionales, otros en el compromiso social. En vez de complementarse y trabajar juntos por la evangelización integral, pierden energías en discusiones y marginaciones, que dañan la unidad. Por ello, es muy importante el ejemplo ecuménico del Papa Francisco.

PENSAR
En Suecia, ha dicho el Papa: “Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación. No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros.

Debemos mirar con amor y honestidad nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez.

Nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente.

Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Pidamos al Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.

Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros.

La mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo aquello que nos divide y enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos para avanzar en el camino de la unidad. Los santos logran cambios gracias a la mansedumbre del corazón. Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos”.

ACTUAR
Construyamos puentes de unidad en las comunidades, no muros ni aduanas infranqueables.


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