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quinta-feira, 27 de agosto de 2015

Cien mujeres recorrerán 100 millas para pedir al papa que ayude a los inmigrantes

Luchando con esperanza por la dignidad
La peregrinación comenzará frente a una prisión del condado de York

Inmigrantes de Chicago también viajarán para pedir ayuda al Papa

Redacción, 25 de agosto de 2015 a las 19:18

La activista Juana Flores, codirectora
de “Mujeres Unidas y Activas”, de
California
Cien mujeres recorrerán 100 millas (160 kilómetros) para pedir al papa Francisco, que en septiembre visita Estados Unidos, que alce su voz por los inmigrantes indocumentados para frenar las deportaciones, impedir la separación de familias y acabar con la discriminación que aseguran sufrir en este país.

Según informaron hoy algunas de las mujeres inmigrantes, originarias de El Salvador, Honduras o México, la peregrinación comenzará el 15 de septiembre frente a una prisión del condado de York (Pensilvania), donde los organizadores aseguran que permanecen encerrados varios indocumentados a la espera de ser deportados.

Después de recorrer ciudades como New Freedom (Pensilvania) y Baltimore (Maryland), el grupo llegará al Congreso, en Washington, el 22 de septiembre para celebrar al día siguiente una vigilia de cierre, que coincidirá con las primeras jornadas de la visita del papa en Estados Unidos, entre el 22 y el 27 de septiembre.

Trump, contra los inmigrantes
"Queremos que el Pontífice, que representa los valores morales y espirituales, escuche las historias de estas mujeres, madres y esposas que están dispuestas a hacer el sacrificio de caminar para hacer oír las injusticias que se cometen contra de los inmigrantes sin documentos", dijo Rosi Carrasco, una de las organizadoras.

Carrasco, que viajará desde Chicago (Illinois), forma parte de Comunidades Organizadas contra las Deportaciones (OCAD), una organización que ha exigido a las autoridades migratorias que frenen la separación de familias.

Carrasco, originaria de Oaxaca (sur de México), llegó hace 21 años a Estados Unidos con sus dos hijas, que ahora han acabado la Universidad, pero dado que no tiene hijos estadounidenses, no califica para el alivio migratorio.

En noviembre, ante la falta de acción del Congreso para sacar adelante una reforma migratoria, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció una serie de acciones ejecutivas para regularizar a cinco de los once millones de indocumentados, especialmente jóvenes y padres con hijos estadounidenses.

"El papa tiene el poder de tocar el corazón de las personas", consideró otra de las participantes, Rosa Sanluis, que espera que el Sumo Pontífice traslade las exigencias de las mujeres a Obama, con el que encontrará el 23 de septiembre, y al Congreso, al que se dirigirá al día siguiente.


Sanluis, que llegó a Texas hace 25 años desde San Luis Potosí (México), indicó que las mujeres ya se han puesto en contacto con varias iglesias católicas, donde comerán y dormirán, y están elaborando pancartas que llevarán en su recorrido, algunas con declaraciones del papa en defensa de la dignidad de los inmigrantes.

En mayo, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos pidió el fin de los centros de detención para indocumentados y su sustitución por programas de libertad vigilada, que permitan a los inmigrantes permanecer libres mientras tramitan su asilo o comparecen ante las autoridades migratorias.

Estas declaraciones y la visita del primer Pontífice latinoamericano a Estados Unidos han generado una gran expectación en la comunidad inmigrante, que espera que el papa Bergoglio se ponga de su lado con un mensaje de reconciliación en un momento en el que el debate migratorio y las tensiones raciales están a flor de piel.

Por su parte, un grupo de inmigrantes hispanos que se prepara para viajar a Washington y Nueva York el próximo mes de septiembre para ver al papa Francisco dice tener fe de que el sumo pontífice interceda por los indocumentados que viven en el país.

"El papa Francisco tiene que dar la cara por nosotros, tiene que echarnos la mano", dijo Eduardo Piña, quien forma parte de un grupo de cien personas que ultiman su viaje para ver a Francisco durante la visita papal a Estados Unidos los días 23, 24 y 25 de septiembre.

Estos hispanos son fieles de iglesias católicas de Chicago, Joliet, Melrose Park y otras comunidades de Illinois, y representan a inmigrantes de países como México, Colombia, Argentina, Venezuela, Guatemala y Uruguay, entre otros.

El propósito primordial de los viajeros de Illinois será pedir al papa que interceda por los inmigrantes en el país, ya que muchos están detenidos en centros de detención y otros sufren los ataques raciales de candidatos republicanos a la Presidencia como el magnate Donald Trump.

"Queremos suplicarle al Papa que por favor intervenga para ponerle fin al sufrimiento de las comunidades inmigrantes", recalcó Piña, un activista laico que trabaja con los inmigrantes.

Piña destacó que actualmente se vive una "cacería de brujas" contra los inmigrantes y que esto incluye los "ataques racistas" de Trump, quien quiere deportar a todos los inmigrantes y quitar la ciudadanía a los hijos de indocumentados que estén en el país.

"Él (Trump) no es nadie para quitarle la ciudadanía a los niños de los inmigrantes", destacó Piña. "Lástima que tenga tanto dinero, pero que esté espiritualmente vacío".

Otro de los integrantes de este grupo, que estará el 23 de septiembre en Washington y al día siguiente en Nueva York, es Ubertino Vega, un inmigrante mexicano quien trabaja con el Cicero Area Project, entidad que busca evitar que los jóvenes ingresen a las pandillas.

"La vida de un ilegal actualmente es estar deprimido, de estar frustrado, solo va de la casa al trabajo", finalizó Vega. "Queremos que el papa interceda por los inmigrantes".

(RD/Agencias)



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